Burberry nos presenta los primeros modelos de su colección para la primavera del próximo año: fiel a sus principios, podremos seguir disfrutando de las clásicas gabardinas, aunque renovadas a través de diferentes colores. Del famoso camel pasamos a otros tonos como el azul cielo, el mostaza brillante, el elegante rojo y los estampados geométricos. En cuanto a los tejidos, encontramos desde el tradicional impermeable hasta el cuero y el paño. Los detalles en colores llamativos, como los ribetes en amarillo, dan vida a una prenda que debe formar parte de cualquier fondo de armario, y a la que le quedan muchos años por delante: los clásicos nunca mueren.
A través de las diferentes prendas realizamos un viaje a los años 70: los talles altos en faldas y pantalones alargan y estilizan las siluetas femeninas. Las faldas se llevarán de tipo lápiz, con un largo hasta la altura de la rodilla, y los pantalones vuelven a la pernera ancha y al planchado con raya. Los colores, lejos de las estridencias, se basan en las gamas neutras: blanco, crema, tierra y gris para las blusas y camisas, mientras que las faldas toman protagonismo con colores algo más saturados. En cualquier caso, se utilizan siempre colores lisos, reservando los estampados para los vestidos a media pierna que utilizaremos en ocasiones especiales.
Una parte importante del peso de la colección lo lleva la línea de complementos, donde los cinturones destacan sobre las prendas a las que acompañan: ellos son los encargados de dar un toque original de color a los distintos looks. Los gorritos de lana con borla son imprescindibles para pasar la húmeda primavera inglesa, y dan un aire chic a los estilismos. En cuanto a bolsos, Burberry presenta pequeñas carteras de mano en diferentes colores que, junto a la colección de sandalias con decoración de cuentas son los elementos más originales de toda la propuesta.
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